"Ahora si que estamos en un momento interesantísimo para el urbanismo, para repensar las ciudades"

Sergio Ramírez Nogueira, arquitecto. Es Presidente de Factoría de Sostenibilidad ,una asociación sin ánimo de lucro que tiene la finalidad de fomentar actitudes, hábitos, leyes sostenibles… Dirige un estudio con especialidad en arquitectura sostenible

¿Cuál es vuestra historia?
Factoría nació con una idea y luego derivó a otra, yo creo que mejor y más diversa. La pensamos una serie de gente que realizamos conjuntamente un postgrado en sostenibilidad para que fuese una asociación especializada en arquitectura sostenible. Pero luego vimos que nuestros intereses eran más diversos y que sobrepasaban el ámbito de la arquitectura, unos cogieron otros derroteros, pero otros se nos unieron médicos, economistas, abogados e ingenieros, preocupados por todo aquello que afecta al cambio climático y en cómo mejorar el sistema desde una perspectiva sostenible desde un punto de vista científico.

Eso de una factoría de sostenibilidad y sin contaminar…
Factoría es una fábrica de ideas con objeto de que todos los que formemos parte de ella podamos tener el apoyo de técnicos competentes para realizar medidas con un positivo impacto ambiental.

Por ahora hemos realizado pequeñas acciones como la de hacer de guías y enseñar Granada corriendo, salir a la calle para responder a preguntas sobre sostenibilidad y, la más ambiciosa, que hemos realizado ahora, con motivo de la  Marcha por el clima de 29 de Noviembre, donde hemos llevado la organización de este evento junto a otras asociaciones.
 A pocos días de la finalización de la Marcha todavía estoy haciendo cunetas de lo que hemos dado y lo que hemos obtenido.

¿Hacía donde va la arquitectura en el siglo XXI?
Depende de donde se encuentre esa arquitectura. En África, Asía, etc, va   ha realizar viviendas para una gran número de gente creciente, y organizar sus ciudades para evitar desmanes. Sería como la Europa de los 60 pero con la suerte de que ellos tienen posibilidad de acceder a conocimientos actuales evitando así nuestros errores.

En Europa no son buenos tiempos para la arquitectura con contenido artístico y sí para la arquitectura de contenido técnico, donde las soluciones para el ahorro energético, la rehabilitación y la reforma son el presente del arquitecto, y son el futuro.

Ahora si que estamos en un momento interesantísimo para el urbanismo, para repensar las ciudades. En cómo hacerlas más útiles para el ciudadano. La próxima crisis energética que se avecina, la medio ambiental que está ahí con el cambio climático, la contaminación insostenible nos están pidiendo que adaptemos la ciudad. 

La premisa primera será reducir el uso y la propiedad del vehículo privado, buscando otras maneras de movilidad y propiedad de los medios de transporte.

Habrá que favorecer, desde las leyes y con medidas económicas, más interrelaciones de cercanía donde podamos recuperar el espacio público, tener el trabajo, el colegio, el instituto, cerca del lugar de residencia por el bien de nuestra salud y la de todo el planeta. Que las personas tengamos cerca de nuestro hogar la mayor parte de las actividades que realizamos la sociedad tiene que hacer que nos compense económicamente, porque si echamos números esa inversión compensa.

En la película aquella de la Gran familia, el hijo que se hace arquitecto es el no va más…
Nuestra carrera es muy difícil y dura, requiere de ingentes horas de trabajo y estudio. Luego de profesional nos convertimos en asesores legales de una normativa siempre en evolución, pero para el público en general somos el incómodo y caro trámite que tienen que pasar.

Soy arquitecto especialista en arquitectura bioclimática y sostenible y he llegado a tener discusiones con clientes sobre por donde les entraría el sol en sus viviendas según su orientación. Parecen pensar que les mostramos una opinión elitista y les estamos informando de una realidad física basada en nuestra preparación.

¿Cómo es este empleo hoy día?
Malo, muy malo. No se nos reconoce ningún mérito, y según parece lo que hacemos lo puede hacer cualquiera, además de que siempre hay alguien que lo hace más barato.
No contratar un buen servicio técnico sale caro, no hay más que ver el programa Constructor a la fuga, donde la mayor parte de los problemas radican en que eran obras con proyectos no elaborados por técnicos competentes.

Un constructor no está capacitado para elaborar un proyecto, ni en la disposición de los espacios habitables, ni en las soluciones técnicas, su labor es ejecutar la obra.

Nadie prudente se pondría en manos de un enfermero para que le operara una apendicitis, el cirujano es quien tiene la preparación, hacerlo es buscarse problemas.

Colegio sí, colegio no…
Actualmente nos encontramos indefensos ante el sistema, sin la posibilidad de fijar aunque fuese unos mínimos en nuestros honorarios en pos de la competencia y en contra de un trabajo digno, y esto con colegio. Sin colegio y sin una asociación que defienda nuestros intereses en grupo estaríamos del todo indefensos.

Otra cosa es que el colegio tiene que formar parte activa en la reconversión constante del arquitecto.

¿No hay demasiados santones en esta materia?
A mi me emociona la buena arquitectura, venga de donde venga, si hay santones es porque han acumulado milagros. No se puede despreciar la experiencia, aunque hay que estar abierto a las propuestas bien fundadas.

¿Adaptas o modificas el territorio?
A cada cosa lo suyo, no hay una única receta.

¿Cuál es tu proyecto por excelencia?
La vivienda, y más cuando haciendo vivienda puedes hacer ciudad.

 

¿Es verdad, que venís con grandes ideas y acabáis diseñando adosados?
Eso los más afortunados

 

¿Qué te gustaría hacer en el futuro?
Contribuir a un mundo más sostenible haciendo arquitectura que emocione.