Antonio Carvajal, Premio Nacional de Poesía: "Lo que sé de bueno es porque alguien mejor que yo me lo ha enseñado"
» Y no es bueno que el bien se agote en mí, debo, por el contrario, transmitirlo a los demás». Hoy nuestro gran autor nos da el privilegio de su palabra, tal y como lo ha hecho durante años con sus versos. No sabe cómo la reciente ley de eutanasia afectará a los poetas venideros. Cree que nuestros antimétricos son los representantes perfectos de la miseria del sistema educativo y cultural. Nos deja reflexiones sobre la investigación, el trabajo, el acento o su compromiso social. «Tan analfabeto es el que cuando no entiende algo dice “es que soy de letras” como el que dice “es que soy de ciencias”. En la vida cotidiana no hay compartimentos estancos del saber ni áreas de conocimiento, eso queda para cortijillos académicos». «Tardío pero incierto…»
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Antonio Carvajal. Al Premio Nacional de Poesía, doctor en Filología Románica por la Universidad de Granada y titular de Métrica además de Miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada, sería un atrevimiento inútil y en unas breves palabras, resumir su intensa y apasionante biografía.
Desde su Albolote natal (1943) y en una familia agrícola, ya iría urdiendo las mimbres que lo hacen un renovador de la tradición poética. Al igual que Picasso pintando, él puede escribir como clásico, al más puro estilo de Francisco de Quevedo o de Luís de Góngora, pero también adentrarse en los todos los rincones de la poesía popular. Hay quien ha relatado profusa y con detalle su historia.
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Dices que te alimentas del trabajo y vives de la poesía. Eso es todo un “Manifiesto”…
La poesía no suele dar dinero, salvo a los serviles, sean de patrones de rostro difuso (estado, empresa, sindicato) o de cara concreta y pocos escrúpulos. Así que hay que tener un empleo remunerado, cotizar a la seguridad social y renunciar a la bohemia juvenil si se quiere vivir con dignidad de pensionista. No sé cómo la reciente ley de eutanasia afectará a los poetas venideros.
¿El Antonio Carvajal de la Generación de los 70, es un autor social?
¿Soy de la Generación de los 70? Me parece que no. Siempre me he sentido más cerca de mis inmediatos anteriores, por ejemplo Claudio Rodríguez, o de los posteriores, y lejos de mis coetáneos quienes, salvo escasas excepciones, me parecen señoritos urbanitas de medio pelo. Comprometido socialmente lo estuve y lo estoy. Me parece que mi autoexigencia de calidad es el mejor indicativo de ese compromiso. Los partidos, como las iglesias, son estructuras de poder que predican la libertad y la equidad, pero no las practican. Me parece que un mundo mejor se puede construir dando lo mejor de nosotros sin necesidad de que nadie venga ni a predicarnos ni a redimirnos.
¿Qué nos queda de la métrica?
Mucho por aprender, mucho por desbrozar, mucho por inventar, es una fuente inagotable de recursos para el arte de la palabra. La desconocen quienes la desprecian,. Como don Antonio Machado dijo de la “Castilla miserable, ayer dominadora [que] envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora”, nuestros antimétricos son los representantes perfectos de la miseria del sistema educativo y cultural.
¿Es verdad que “el acento hiere a la sílaba” como decías en tu tesis?
La expresión es de Miguel Agustín Príncipe, un divertido fabulista y tratadista de métrica del siglo XIX. Recogí esa expresión en mi tesis doctoral sobre dicho autor, y otras muchas frases que algunos dan por mías para demostrarme que no me han leído con atención o me atribuyen lo ajeno con alguna secreta intención, Príncipe otras veces no dice “hiere” sino “esfuerza”, y siempre con el sentido de una presión, un esfuerzo mayor que se requiere para pronunciar determinadas sílabas. En definitiva, alude a un término de la metalurgia, “stringere” , que es presionar un metal para testar su resistencia; del participio “strictus” salió el stress inglés y nuestro estrés multiusos. Curiosamente, aplicar términos de la metalurgia a la elaboración de versos ya lo hizo Dante cuando llamó al poeta Arnaut Daniel “il miglior fabbro”, el mejor herrero o, si lo quieres más fino, forjador.
¿Cómo fue tu camino, para llegar a la docencia e investigación universitaria?
Muy largo y difícil, pero tuve muy buenos cirineos. La investigación universitaria fue una grata prolongación de mi inquieta curiosidad.
Siempre has estado divulgando y apoyando la poesía y no se puede decir que seas un lobo solitario…
Ni lobo ni solitario, en efecto. En la vida he disfrutado los bienes de la amistad y procuro dar a los demás lo que generosamente he recibido. Lo que sé de bueno es porque alguien mejor que yo me lo ha enseñado, y no es bueno que el bien se agote en mí, debo, por el contrario, transmitirlo a los demás.
Coincidimos en la revista “Izquierda y Futuro” supongo que como afirmas de la poesía: “no para ordenar el cosmos sino hacerlo más vividero”…
Izquierda y futuro quiere decir que sin pensamiento renovador que guíe la acción seguiremos anclados en las servidumbres perpetuas del pasado y en las miserias del presente. Escribió desde la derecha el sr. Pemán que mientras que haya un pobre que redimir y un alma que salvar habrá comunistas y jesuitas. Suena a sarcasmo en este tiempo español en que todo parece obra de los hombres aunque se diga de dios.
Así que nunca te presentaste a un premio…
Con 18 años a un concurso escolar. Gané el segundo premio con mi nombre y muchos de la pedrea con nombre de mis compañeros, y aprendí que había que ser moderno. Quizá ese fuera el premio gordo. De quien ganó el primero nunca más se supo.
Recuerdo en un curso que coordiné del Centro Mediterráneo, como en un debate sacabas jugo al análisis sociológico de la Vega, y con gente de ingeniería, arquitectura… Seguro que hay que apostar más por el encuentro de disciplinas…
Repito mucho una frase atribuida al famoso torero El Guerra: “Entre tós lo sabemos tó”. Dicho sea de otro modo, en España hemos sobrevivido con buena salud social a una prolongada crisis de gobierno, pero es irrespirable soportar una huelga de recogida de basura, lo que demuestra que socialmente es más necesario un trabajador de la limpieza que un primer ministro. Tan analfabeto es el que cuando no entiende algo dice “es que soy de letras” como el que dice “es que soy de ciencias”. En la vida cotidiana no hay compartimentos estancos del saber ni áreas de conocimiento, eso queda para cortijillos académicos.
¿Qué hacemos con la costa, hijo adoptivo de Motril?
Ver su progresiva destrucción, como hemos visto destruir la vega del entorno de Granada. Un bocadillo de ladrillos con una buena loncha de cemento alimenta a unos pocos más que las habicholillas o las papas. Espero que el tren con Granada no sea el puente sobre el estrecho de Mesina que Berlusconi prometió a los sicilianos, aunque lo mejor sería que desapareciera la división administrativa actual y con ella se borrara la codiciosa y mísera mentalidad provinciana. Motril llega tarde para competir con los grandes destinos turísticos, sean Benidorm o Marbella, pero aún está a tiempo de salvar y construir su propio paraíso.
Tu próximo horizonte…
Quizá el primero que pensé para mi vejez, el de un pueblecito portugués cerca de la frontera, con el Guadiana por medio.
Motril, 30 de junio del 2021
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JesúsYiniaXXI empleo / UGR
Imágenes UGR y Antonio Carvajal