Juan López Domech: "Si me preguntan a qué me he dedicado siempre digo que he sido trabajador de la Universidad"

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Vivió el 28 F y el desarrollo autonómico. Asistió al cambio en las universidades desde la UGR a la UAL. Una carrera polifacética que empezó como profesor de Derecho Político, funcionario con varias oposiciones, asesor técnico, jefe de gabinete, Secretario General con responsabilidades en el Parlamento y la Junta de Andalucía. Merece la pena seguir el recorrido que nos plantea: «Una vida profesional que me ha permitido conocer realidades y legalidades muy diferentes aunque en todo momento dentro del servicio público que es lo que me ha movido siempre…»

Juan López Domech nació en Huéscar (Granada) en 1955. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Granada, donde ha ejercido como profesor asociado de Ciencias Políticas y de la Administración y profesor colaborador de Derecho Político y Constitucional. Secretario General del Consejo Audiovisual de Andalucía, fue también concejal en el Ayuntamiento de Granada. En la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, ocupó los cargos de secretario general técnico y jefe de Gabinete.  No podemos dejar de destacar su labor como Director de Gabinete de Presidencia en el Parlamento de Andalucía.

Ayto.Granada. Fotos: Concejales
«Ser Concejal del Ayuntamiento de Granada supone el mayor sentimiento precisamente de servicio público»

Con anterioridad, jefe del Gabinete Jurídico (1983-1985) y vicegerente de Personal (1986) de la Universidad de Granada. Asesor técnico de la Comisión Redactora de los Estatutos de las universidades de Granada (1985) y Almería (1995). López Domech, funcionario de carrera de la Escuela Técnica de Universidades, ha participado como ponente en numerosos cursos y jornadas sobre materias medioambientales y es autor y coautor de diversas publicaciones.

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Empecemos por el principio. Tienes la triple UGR.  Estudiante, PAS y profesor…

Pues sí y me siento especialmente orgulloso. Estudie derecho a partir del 72, aprobé mi primera oposición para acceso a la condición de funcionario de la UGR en el 78, después hice otras dos oposiciones hasta llegar al grupo A y tuve el honor de ser profesor Ayudante del entonces denominado “Derecho Político” y, también la suerte de formar parte de los Profesores que impartieron los primeros años (los de la creación en Granada) en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología.

La Universidad de Granada ha sido mi casa hasta que en 1995 me incorpore a la recién creada Universidad de Almería  hasta el año 2000 en que inicio una “aventura” en el desempeño de responsabilidades en Medio ambiente, el Parlamento, el Ayuntamiento de Granada y el Audiovisual  hasta el 2016 cuando decido volver a la UAL para terminar mi vida profesional.

Como ves, una vida profesional que me ha permitido conocer realidades y legalidades muy diferentes aunque en todo momento dentro del servicio público que es lo que me ha movido siempre. Las políticas ambientales son verdaderamente “adictivas” para un gestor público, apasionantes. Conocer el Parlamento fue un privilegio, ser partícipe de la gestión del mundo audiovisual andaluz fue muy importante, ser Concejal del Ayuntamiento de Granada supone el mayor sentimiento precisamente de servicio público, pero si me preguntan a qué me he dedicado siempre digo que he sido trabajador de la Universidad.

Pues recibí clases tuyas y eras buen comunicador, quizá por eso acabas en el “Audiovisual”…

No no, en el  audiovisual era Secretario General no “comunicaba” más que las notificaciones sancionadoras….

El Consejo Audiovisual de Andalucía - YouTube
Juan López Domech fue Secretario General del Consejo Audiovisual de Andalucía

Que te haya dado clase lo primero que me hace es pensar en mi edad. Te agradezco lo de buen comunicador. Probablemente sí  que fuera un entusiasta de la docencia y seguro que con ese “entusiasmo”  trataba de compensar alguna carencia teórica. Ahora que lo pienso quizá era un atrevido. En la Cátedra de Derecho Político y después en la de Ciencia Política había un grupo de docentes e investigadores de una enorme solvencia y me permitieron aprender mucho de todos ellos. Sinceramente siempre quise darles las gracias a todos y todas. Lo hago ahora de corazón.

Recuerdo era un momento crucial para el estado de las autonomías, que también investigas…

Ya lo creo. Es el nacimiento de la CE del 78 en la que, como es más que sabido, se diseña una Organización Territorial del Estado inédita entonces y todavía en desarrollo hoy. El estado autonómico es una de mis primeras líneas de investigación. Estudio su diseño, formación y configuración. De hecho mi proyecto de Tesis doctoral (inacabada) pasaba por definir la existencia  y características de un “sistema de partidos” en Andalucía.

Si me permites una “batallita del abuelo”, viví muy intensamente el 28 de febrero, manifestaciones, mítines, conferencias en asociaciones de vecinos en institutos etc… Hasta repartí comida a los interventores de las mesas electorales el día de la votación. Ha pasado mucho tiempo y muchas cosas pero Andalucía  fue, es y será una pieza absolutamente clave para el Estado Autonómico que, con todas sus imperfecciones  es la base de la organización territorial que sustenta la convivencia en España.

 Me parece oportuno afirmarlo ahora que vivimos tiempos en que es necesario  defender las instituciones.

Entonces, también dieron a luz los estatutos de las universidades…

Cuando yo empecé las Universidades eran Entidades Estatales Autónomas. Recuerdo mucho mis primeros viajes oficiales a Madrid a la Secretaría de Estado de Universidades a “negociar” la convocatoria de una plaza o a solicitar financiación.

Por qué Andalucía celebra el 28-F?
«El estado autonómico es una de mis primeras líneas de investigación»

Entonces formaba parte de la Comisión Paritaria  de Interpretación del Convenio Colectivo estatal de las Universidades Públicas donde vivíamos situaciones muy curiosas intentando por ejemplo definir el  mismo vestuario para trabajadores de Santiago de Compostela y de Sevilla…por cierto a aquellas reuniones asistió alguna vez un asesor de la recién creada Dirección General de Universidades que  me impresionó porque, entre otras cosas, entendía el derecho de una forma increíblemente acertada sin ser jurista. Se llamaba Alfredo Pérez Rubalcaba.

Así que después de la LAU y en desarrollo del principio de autonomía Universitaria (derecho Fundamental) nos pusimos a elegir nuestros órganos de representación  (aquel claustro de casi 900 miembros) y a redactar nuestros Estatutos. Siempre, al menos yo, fuimos conscientes de la enorme oportunidad y responsabilidad que teníamos. Ello a pesar de que la gran peculiaridad de la Universidades hiciera que en ocasiones se impusieran soluciones más imaginativas que reales  o que jurídicamente más correctas.

Mi trabajo como asesor de las Comisiones de Redacción y los Claustros de Granada y de Almería es sencillamente inolvidable aunque ser el encargado de expresar los límites legales y procedimentales a  las propuestas más voluntariosas era, a veces, difícil pero en todo caso apasionante.

Pero finalmente optas por la carrera funcionarial…

Si.  Me decanto por la carrera funcionarial  siempre en ámbitos jurídicos y de gestión de personal. En ese sentido tengo la suerte de pertenecer a los servicios jurídicos de Granada y de Almería desde donde conozco al grupo de asesores jurídicos de Universidades públicas en España y a través del trabajo diario  y sobre todo de sus inolvidables reuniones de trabajo participo en la definición y desarrollo de, a mi entender, una rama importante del derecho público como es el llamado derecho universitario. Me resisto a citar personas porque sería interminable e injusto con los que no citara pero  estoy totalmente seguro de que aquel grupo de juristas definió e incluso modeló en muchos aspectos la Universidad que conocemos hoy.

Presentación - Máster en Abogacía - Universidad de Almería
«Cuando volví a los servicios jurídicos en Almería después de 17 años ausente, me encontré con que el grupo de asesores jurídicos de universidades seguía funcionando en red y coordinado y con un nivelazo respecto a conocimientos y contando con herramientas que yo ni soñaba en mi época.»

El Instituto Nacional de la Administración Pública, organiza unos debates para repensar el acceso a la función pública. Seguro, tienes tu reflexión…

En mi época de Secretario General de Medio Ambiente participé en un grupo de trabajo para elaborar una propuesta de reforma de la función pública andaluza. NO llegamos a ser capaces de formular un texto si quiera de trabajo.

Sería muy prolijo siquiera describir los problemas que según mi experiencia aquejan a la función pública. Me atrevo a decir ( desde la posición cómoda del que no va a gestionar) que la ausencia ,o quizá imposibilidad, de voluntad para diseñar e implementar políticas de largo plazo, con vocación y perspectivas reales de permanencia en el tiempo, lo cual sería tremendamente impopular y traería normalmente consecuencias “electorales”, hace que se opte casi siempre ( me temo que no solo en lo relativo a función pública) por decisiones más  a corto plazo que normalmente son reformadas después y así sucesivamente lo cual da lugar a que se vayan diseñando las formas más variopintas de “burlar” la ley dentro de la ley. La idea de interinos permanentes no deja de ser un ejemplo bastante descriptivo.

Vicegerente de la UGR. ¿Qué te encuentras al aterrizar en el hospital Real?

De hecho aterricé en el edificio de la actual Facultad de Derecho donde estaba el Rectorado antes de su traslado al Hospital Real. Imagínate. Máquinas de escribir manuales, calculadoras enormes, papel de calco, fichas de cada profesor donde apuntábamos a mano las incidencias. Etc.

Había también un cierto miedo reverencial al docente (no digamos al Catedrático). Y Había también un grupo humano y profesional impagable. Se avanzó mucho en muy poco tiempo y, al menos en mi percepción, no hubo nunca una gran distancia entre las herramientas técnicas que íbamos incorporando a gran velocidad y la interiorización de los valores necesarios para su uso correcto para el servicio público que es lo que hacíamos.

«De hecho aterricé en el edificio de la actual Facultad de Derecho donde estaba el Rectorado antes de su traslado al Hospital Real»

He formado parte de muchos grupos de funcionarios incluso puedo decir que he gestionado grupos muy dispares y creo sinceramente que el PAS de la Universidades de Granada y de Almería representa un modo ejemplar de incorporación rápida y eficaz de técnicas e instrumentos para la gestión pública  sin que esta se resienta.

¿Qué aspectos jurídicos de la gestión universitaria pueden mejorarse?

Sinceramente no puedo opinar sobre eso. He sido protagonista en primera persona y sería muy presuntuoso por mi parte decir que hay que mejorar respecto de lo que nosotros hicimos. Además es que no me cuesta ningún trabajo. Cuando volví a los servicios jurídicos en Almería después de 17 años ausente, me encontré con que el grupo de asesores jurídicos de universidades seguía funcionando en red y coordinado y con un nivelazo respecto a conocimientos y contando con herramientas que yo ni soñaba en mi época. Así que en un trabajo que se hace día a día, que nunca constituye una “ciencia exacta” que es susceptible siempre de discusión y  de argumentos encontrados y que además puede llegar a conclusiones distintas según cada tribunal  de justicia, lo que hace a veces muy difícil la explicación a los “jefes” y su comprensión, poco puedo añadir yo.

De cuando escribes, “Perfiles de las élites andaluzas”. ¿Cuánto estas han cambiado?

Mucho. Algún partido presente en instituciones de gobierno  ha buscado sus cuadros a través, de redes sociales. En estos días en que estamos viviendo acontecimientos políticos que me producen una enorme tristeza y, desde luego, mucha preocupación, quizá se echan en falta unas élites en las que lo institucional pesara un poco más.

Te has aventurado en la política, sobre todo en puestos más de tipo técnico. He de pedirte, al menos, una conclusión…

Muy difícil. Podría hacer una reflexión desilusionada o desencantada (de hecho adelante dos años mi jubilación cuando comencé a creerme menos lo que hacía) pero sería excesivamente egoísta por mi parte. Corren tiempos en que no nos podemos permitir el abandono. Ahora más que nunca, desde la crítica y la exigencia hay que defender las instituciones y aportar lo necesario cada uno en su lugar y momento para que lo conseguido en derechos y libertades no solo no retroceda sino que avance. Ahí estaremos los “viejos”, para lo “que sea menester”.

Sinceramente, la Universidad, con las dificultades que plantea la gestión de algo tan complicado y tan dinámico como es el principio de autonomía en su relación con el ordenamiento jurídico estatal y autonómico,  es de las instituciones  mejor posicionadas para el progreso. Si miro a la de Granada y a la de Almería, tengo motivos hoy también para presumir de haber colaborado en ello.

Gracias Jesús.

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