"Mareando la perdiz" con el carbono o detrás de la economía de rosquilla

Ante la COP26. Tradicionalmente las administraciones han jugado un papel primordial en labores de fomento. Si hay camino y está claro, si se ha consensuado en buena parte y de forma democrática, la sociedad en su conjunto acaba entrando por el aro. En ese sentido y por ejemplo, el empleo del futuro será verde o no será. Si se mete a generaciones en un escabroso laberinto, las consecuencias serán claramente irreversibles y lo verdaderamente malo además, es que no queda tiempo. «Reducir la emisión de gases de efecto invernadero supone frenar el desarrollo económico» , reorganizar y limitar la generación de energía, transformar completamente el transporte de mercancías y personas, reducir la agricultura y la ganadería intensivas, y reorganizar las ciudades empezando por el aislamiento de las viviendas y terminando por la gestión del tráfico y de los residuos. Son cosas que sabemos que hay que hacer, pero son justo las cosas que no estamos haciendo. O no a la velocidad adecuada al menos».The Conversatión dedica unos números especiales al cambio climático que no tienen desperdicio.

El panel internacional de cambio climático acaba de sacar un nuevo informe (el AR6 del IPCC) que ha generado mucha expectación y ha merecido extensos análisis.

Quedan solo unos días para que dé inicio la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se celebra en Glasgow (Reino Unido) entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre.

La emergencia climática nos impone programar una desescalada económica

Fernando Valladares, Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC)

Economía de rosquilla. Fuente: Doughnut Economics Action Lab

La única forma de reducir las emisiones drástica y rápidamente es disminuyendo el consumo de manera programada, con reconversiones profundas y diálogo social.

El número completo:

Especial Cambio Climático. Edición ES | 23/10/2021 The Conversation

«Para mantener la temperatura global por debajo de los 2 ℃ (o, idealmente, 1,5 ℃) en 2100, los Estados deben tomar medidas cuanto antes. Los investigadores Alberto Sanz Corbeña e Ivanka Puigdueta (Universidad Politénica de Madrid), Margarita Mediavilla (Universidad de Valladolid), Roberto Álvarez (Universidad Nebrija), María Teresa Cuerdo (del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja del CSIC) y Pedro Linares hacen un repaso por las más urgentes en ámbitos que van desde los sistemas agroalimentarios a la movilidad.

Por su parte, Javier Sierra, de la Universidad de Salamanca, nos explica que la economía de rosquilla tiene en cuenta los límites ecológicos del planeta y el cambio climático, de forma que puede ayudarnos a conseguir que nuestro modo de vida sea más sostenible.»

Este artículo forma parte de la cobertura de The Conversation sobre la COP26, la conferencia sobre el clima de Glasgow.

Siga la cobertura completa en inglésfrancésfrancés canadiensebahasa indonesio y españolaquí.

Especial Cambio Climático. Edición ES | 29/10/2021The Conversation

Cartel de la Asociación Granada al Pedal que ilustra la ciudad contaminada bajo «La Alhambra»