Algoritmos que ganan oposiciones

Va a ser mucho más cruel. Lo de los robots, un juego de niños, comparado con la competencia profesional de un algoritmo. Desde hace unos meses la prensa, está no sabemos si divulgando o dando aire a esta nueva especie de reforma laboral. Quieran o no. Seamos o no más o menos conscientes de la inevitable revolución tecnológica. El caso es que acogota. Empleados que no se distraen, ni cometen errores. Trabajo que se ventila a gran velocidad y utilizando enormes conjuntos de datos. La cuestión es que no se queda en limpiar casas  o montar complejos engranajes industriales. ¡ Tu también serás! Funcionario cualificado, directivo de empresa o juez de lo criminal.

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La revolución tecnológica está provocando un verdadero seísmo en el mercado laboral. La digitalización de los procesos productivos y la incorporación de la inteligencia artificial en un abanico cada vez más amplio de actividades económicas y sociales se producen a un ritmo acelerado y con consecuencias a tener en cuenta a la hora de emprender nuevas reformas. Muchos de los empleos existentes se van a sustituir por algoritmos digitales. La utilización de robots en la industria es ya una realidad, que se va extendiendo a los servicios como la logística y el transporte, ambos altamente intensivos en trabajo humano. Sin embargo, también surgen nuevas oportunidades en la producción de nuevas tecnologías, la innovación, el diseño, los servicios de salud, de enseñanza y cultura, así como en todo aquello que no se puede digitalizar.

La pregunta es si se crearán más o menos empleos que los que se perderán como consecuencia de los cambios.

(El Pais)

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Entre personas y algoritmos, gana el algoritmo
Facebook TrendingFacebook decide resolver la controversia en torno a la posible editorialización de sus trending topics surgida el pasado mayo mediante la sustitución del equipo completo de personas que llevaban a cabo esta tarea por un algoritmo que lo hará de manera automática, supervisado por ingenieros de la compañía.

Un equipo de entre 15 y 18 personas subcontratadas que se dedicaban a seleccionar las noticias y temáticas que generaban mayor atención en la red – o, más propiamente, aquellas en las que la atención generada se incrementaba de una manera más rápida – que recibieron la noticia de su despido a las cuatro de la tarde, en la que se les decía que tenían que abandonar el edificio a las cinco, tras cobrar el sueldo completo hasta el día 1 de septiembre más dos semanas adicionales como compensación. Debido a la rotación practicada por la empresa que suministraba estos trabajadores, ninguno llevaba en su puesto más de año y medio.

En su lugar, Facebook empleará a un grupo de ingenieros de la compañía encargados de supervisar el aprendizaje del algoritmo que seleccionará las noticias, con el fin de asegurarse de que los temas seleccionados sean genuinamente dignos de atención, se eviten repeticiones de titulares que reflejen los mismos temas, o se impida que temas antiguos puedan surgir con la apariencia de nuevos. En la mejor de las teorías, el papel de estos ingenieros debería ir reduciéndose con el tiempo a medida que el algoritmo de aprendizaje automático vaya haciendo cada vez mejor su trabajo. El cambio se acompaña también de un nuevo formato de presentación, en el que los temas se reflejarán de una forma más aséptica en la lista mediante una simple etiqueta, aunque se desplegarán con titulares completos cuando el usuario pase el ratón sobre ellos.

Facebook sabe perfectamente que el sesgo no es una característica intrínseca de los editores humanos, y que el uso de un algoritmo automatizado no librará a sus trending topics de contenerlo. Desde el artículo de Gizmodo que entrevistaba a ex-empleados encargados de confeccionar los trending topics, la compañía ha sido investigada por el Senado norteamericano, ha rediseñado en varias ocasiones el proceso, ha proporcionado formación a sus empleados sobre cómo reconocer y evitar el sesgo político, y se ha reunido con políticos conservadores para tranquilizarlos sobre las alegaciones de sesgo: eliminar al equipo de editores humanos es tan solo el último paso de todo un proceso frenético en el que la compañía intenta por todos los medios no ser etiquetada políticamente y no perder el favor de todo un hemisferio del pensamiento político.

¿Es la decisión de eliminar al equipo de editores una forma real de luchar contra el sesgo, o simplemente una acción simbólica, una forma de tener una excusa ante posibles acusaciones posteriores? La eliminación de un equipo de personas que desarrollaban una tarea y su sustitución por un algoritmo y unos ingenieros que lo supervisan es un proceso al que, sin duda, tendremos que acostumbrarnos a partir de ahora, pero en este caso, aparte de esa curiosa consideración de “el humano como el débil” o “el prescindible”, nos encontramos, en el contexto de una compañía no especialmente presionada por la reducción de costes que conlleva eliminar los sueldos de personas, con la cuestión de que resulta muy posible que el problema real no desaparezca tras la sustitución, o incluso pueda empeorar, porque no hay ni persona perfecta, ni algoritmo perfecto. En la práctica, todo indica que se hace simplemente como forma de justificar algo desde un punto de vista estético, por tener un chivo expiatorio sin rostro al que señalar en caso de problemas, considerando que para el conjunto de la sociedad, la atribución del sesgo a las personas frente a unos algoritmos supuestamente neutrales es una creencia que, aunque errónea, aún se encuentra suficientemente arraigada. En reputación con respecto al sesgo, entre personas y algoritmos, gana el algoritmo, aunque sea por penalty injusto…
https://www.enriquedans.com/2016/08/entre-personas-y-algoritmos-gana-el-algoritmo.html

¿Puede la inteligencia artificial sustituir a un juez en un tribunal?

http://www.expansion.com/juridico/actualidad-tendencias/2016/11/02/581a3eefe5fdeaea228b4653.html

Según el Foro Económico Mundial, los avances en inteligencia artificial provocarán la desaparición de cinco millones de empleos hasta 2020

“La mitad de los puestos de trabajo puede desaparecer en 30 años”, calcula Ramón López de Mántaras, que se pregunta si, como sucedió con la informática, esa destrucción va a hacer que se creen otro tipo de empleos.
http://cincodias.com/cincodias/2016/03/18/sentidos/1458330904_200701.html